Un gran estudio científico concluyó que no hay dos sino cinco categorías distintas de diabetes, y que los tratamientos se podrían adaptar para cada tipo de paciente.
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La diabetes es una enfermedad crónica que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) afecta a 422 millones de personas en el mundo, el 8,5% de la población adulta, según datos de 2014.
Este mal aumenta además el riesgo de sufrir enfermedades del corazón, derrame cerebral, ceguera, fallo renal y amputaciones de las extremidades.
Quienes lo padecen no pueden controlar los niveles de azúcar en la sangre, y normalmente son diagnosticados en uno de dos tipos generales de diabetes: de tipo 1 o 2.
La diabetes de tipo 1 se considera una enfermedad autoinmune en la que el cuerpo no puede producir insulina y normalmente se presenta en la infancia.
La de tipo 2, la más común, aparece generalmente en la edad adulta y está asociada a un estilo de vida poco saludable y a la obesidad, ya que la grasa corporal puede afectar al comportamiento de la insulina.
Pero un estudio con unos 15.000 pacientes finlandeses y suecos, publicado en la revista The Lancet Diabetes and Endocrinology, acaba de ofrecer un retrato de la enfermedad mucho más complejo, que podría desencadenar una nueva era de tratamiento personalizado para la diabetes.
5 tipos genéticamente distintos
Los investigadores aseguran que los cinco subgrupos identificados tienen muchas diferencias entre sí y responden a tipos genéticos distintos, incluida la edad a la que se presentan y las variedades de riesgo y complicaciones asociadas, como las enfermedades renales o la ceguera.