¿Está nuevamente en crisis el gigante de los ladrillos en miniatura?
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Más de una década después de haberse reinventado para escapar a la bancarrota, Lego no logró hacer que todas sus piezas encajaran bien durante 2017.
Sus últimos resultados anuales mostraron esta semana que tanto los ingresos como las ganancias de la empresa danesa habían caído por primera vez en 13 años.
Y es que aunque las ventas se mantuvieron igual que en 2016, los ingresos disminuyeron en un 8%, de 37.900 millones de coronas (US$6.315 millones) en 2016 a 35.000 millones de coronas (US$5.800 millones) en 2017.
¿A qué se debe esta aparente contradicción entre ventas e ingresos? ¿Y con cuánta confianza puede ver el futuro Lego?
Demasiados bloques
La explicación de la compañía es que había producido demasiados ladrillos, por lo que había tenido que vender el exceso con descuentos.
El director ejecutivo de Lego, Niels Christiansen, dijo al periódico Financial Times que "la caída de los ingresos de 2017 se debía a un aumento del inventario en 2016, debido a expectativas de crecimiento más que optimistas" y "a la necesidad de vaciar los almacenes de la fábrica tanto como de las tiendas minoristas".