La vida de la adolescente francesa Marie-Sophie Germain quedó marcada para siempre cuando leyó el siguiente relato:
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"¡Capturen a Arquímedes!", esa fue la orden dada a los soldados romanos cuando entraron en Siracusa, en la Magna Grecia.
El general Marcelo había ordenado que el matemático fuese llevado ante él.
Pero hubo un soldado a quien no le llegó esa instrucción.
Irrumpió en la casa del extraordinario genio y lo encontró totalmente absorto en un problema de geometría.
Arquímedes estaba haciendo unos dibujos en el suelo y ni se percató de lo que ocurría.