Una de las muchas consecuencias de la obesidad es que, al ganar peso, vamos perdiendo la sensibilidad al sabor de las comidas.
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Esta relación entre el exceso de masa corporal y la capacidad de disfrutar de los alimentos fue descubierta hace algunos años.
El efecto no es permanente sino que se revierte con la pérdida de peso.
Sin embargo, lo que en ese entonces no se había logrado determinar era la causa de esta reducción en la sensibilidad.
Ahora, un equipo de investigadores del Departamento de Ciencias Alimenticias de la Universidad de Cornell, en Estados Unidos, encontró la razón.
Según explican en un estudio publicado esta semana en la revista PLoS Biology, esto se debe a que la inflamación asociada a la obesidad provoca una reducción en el número de papilas gustativas.
Menos papilas gustativas
Para averiguar si el hábito de comer alimentos pesados y ricos en grasas eran la causa, o si la pérdida del gusto estaba relacionada con el exceso de grasa en el cuerpo, los investigadores de Cornell hicieron un experimento en el que estudiaron la lengua de varios grupos de ratones.
A un grupo de ellos los alimentaron durante ocho semanas con alimentos grasos.