A simple vista, puede leerse como una pregunta sencilla y sin mayores implicaciones. Pero en Estados Unidos ha desatado una polémica.
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El censo de 2020 preguntará a los encuestados por primera vez desde 1950 si son o no ciudadanos estadounidenses.
Los estados de California y Nueva York anunciaron que introducirán demandas ante los tribunales para bloquear la medida, al argumentar que la pregunta disuadirá a los inmigrantes de participar.
El gobierno de Donald Trump dice que la información ayudará a destinar recursos federales y fortalecerá las leyes electorales diseñadas para prevenir la discriminación.
El censo es obligatorio bajo la Constitución de EE.UU. y se realiza cada 10 años, contando a cada persona que vive en el país.
¿Cuáles son las implicaciones políticas?
Quienes critican la medida señalan que el gobierno republicano busca alterar el balance político del poder en los mapas legislativos.