La muerte de cinco jóvenes actrices porno en sólo tres meses no sólo ha estremecido a la industria del entretenimiento adulto en Estados Unidos, sino que además ha encendido las alarmas sobre los serios riesgos que enfrentan las intérpretes.
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Ahora, este gremio han hecho un llamado al apoyo y al respeto.
Primero fue Shyla Styles, que falleció en circunstancias desconocidas durante una visita a su familia en noviembre.
Luego, en diciembre, August Ames se suicidó. Otras tres actrices porno -Yuri Beltrán, Olivia Nova y Olivia Lua- murieron semanas después, ya fuera por supuestas sobredosis de drogas o razones inexplicables.
Lo que empezó como llamado a apoyar las actrices que están luchando con situaciones de salud mental, drogadicción e intimidación online, ahora es visto por muchos en la industria como una crisis de tiempo completo.
El suicidio de Ames, en particular, llamó la atención cuando fue encontrada ahorcada en un parque.
La actriz de 23 años se había quejado de la cantidad de abuso que había recibido en las redes sociales porque se rehusó participar en una escena con un actor bisexual conocido por no usar protección.
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Un movimiento se inició en su honor, conocido como Proyecto August, que busca ofrecer ayudar a las mujeres de esta profesión que frecuentemente se ven presionadas, abusadas e insultadas por la actividad que han escogido.
El proyecto también apunta hacia la industria del cine porno y cuestiona si está haciendo lo suficiente para prevenir este tipo de muertes.
"Necesitamos luchar conjuntamente contra el estigma porque todas hemos estado bajo ataque", declaró Tori Black, dos veces ganadora de la Artista Femenina del Año en los Premios AVN, los principales galardones de la industria del entretenimiento adulto.
"Lo que les sucedió a estas chicas pudo haberle pasado a cualquiera de nosotras en un momento de debilidad".
Mientras siempre ha habido un estigma conectado a la pornografía, las actrices dicen que las redes sociales han exacerbado la situación.
Las plataformas sociales le han dado a las artistas nuevas oportunidades para controlar sus carreras, pero también las han expuesto una mayor frecuencia de "troles" y comentarios deshumanizantes.
Viejos prejuicios
Black, quien regresó a la actuación pornográfica después de una pausa de siete años de dedicarse a su familia, comenta que aunque la mayoría de la interactividad en las redes es positiva, todavía recibe comentarios negativos.
"Soy una madre y una actriz porno y eso es muy complicado", expresa.
"Yo podría colocar la foto más inocente, cotidiana, completamente vestida en Instagram y alguien comentaría ‘¿No tienes vergüenza? ¡Tienes hijos!’".
Para Black, los odiosos y los troles no son consecuencia del incremento en popularidad, sino las voces amplificadas de prejuicios muy antiguos que consideran la sexualidad degradante.
Sólo cambiando gradualmente esa cultura, dice Black, las actrices podremos por fin ganarnos el respeto que merecemos.
"Escogimos esta industria porque el sexo es algo que nos conmueve y nos apasiona, de la misma manera que un músico está atraído por la música", explica.
Las actrices de entretenimiento adulto también afirman que el estigma en torno de las trabajadoras sexuales tiene un efecto directo sobre su capacidad de recibir asistencia.
Los terapeutas y otros profesionales tienen la tendencia a tratar el hecho que trabajan en porno como la causa de sus problemas, en lugar de verlo como una profesión, afirma Tasha Reign, la presidenta del Comité de Defensa de Actores para Adultos (APAC, por sus siglas en inglés).
"Cualquier persona a quien le repiten una y otro vez que lo que hace no está bien, empieza a creérselo, aunque no lo quiera", asegura.
Pero Reign dice que el cambio también tiene que suceder dentro de la industria misma.
"Estas muertes han generado toma de consciencia y empatía desde afuera", dice, "pero hay muchas cosas que la industria puede hacer para ofrecer un mejor lugar para las jóvenes mujeres".
Reing y APAC han intentado aplicar protocolos de capacitación obligatorios para nuevas actrices para asegurarse que estén al tanto de sus derechos.
El grupo tiene un "sello" de salud mental y para otros profesionales que cumplen con sus criterios de ofrecer "servicios seguros, ambiente positivo para trabajadoras sexuales y no discriminatorios".
Personalmente, Reign apoya que se incremente la edad mínima para trabajar de 18 a 21 años.
Cambios
Pero hay complicaciones a estos esfuerzos, como el hecho que la industria prono atravesó importantes cambios: la llevada de sitios internet de intercambio de videos porno significó la supervivencia de contenido más degradante y una a reducción de los sueldos.
La fuerza laboral está fragmentada y una estructura de abundancia o escasez de contratos ha puesto mayor presión sobre artistas.
Para las actrices, este nuevo mundo de contenido gratuito y muy frecuentemente pirateado añadió otra capa de complejidad a cómo se sienten con su profesión. Esto incluye ser presionadas a salirse de su zona de confort, algunas veces aceptando papeles que no harían bajo otras circunstancias.
La industria porno también ha tenido su propio movimiento #MeToo, con numerosas acusaciones de asalto sexual dentro y fuera del set.
Otro grupo del sindicato ha creado una lista de control para verificar con qué se sienten cómodas o no las actrices en el set.
Otras mujeres han invertido los papeles y pasaron detrás de cámaras.