China impuso aranceles de hasta el 25% sobre 128 productos estadounidenses, que entraron en vigor este lunes y afectan a unos US$3.000 millones en importaciones, una nueva escalada en lo que podría convertirse en una guerra comercial entre las dos economías más grandes del mundo.
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La medida llega luego de que el presidente Donald Trump aumentó los impuestos a las importaciones extranjeras de acero y aluminio en marzo.
"La suspensión por parte de China de sus concesiones arancelarias es una acción legítima adoptada bajo las normas de la OMC (Organización Mundial de Comercio) para salvaguardar los intereses chinos", dijo el Ministerio de Finanzas del país.
Pekín dijo que la medida buscaba "equilibrar" las pérdidas causadas por los aranceles estadounidenses. China había dicho anteriormente que no quería una guerra comercial, pero que no se quedaría sentada si su economía se veía afectada.
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Trump, sin embargo, ha insistido en que "las guerras comerciales son buenas" y que debería ser "fácil" que Estados Unidos gane una.
Entre los productos estadounidenses que a partir de este lunes tendrán un arancel de 15% o 25%, se encuentran chatarra de aluminio, carne de cerdo, nueces, frutas y vino.
Las autoridades estadounidenses ya han anunciado planes para aranceles específicos adicionales para decenas de miles de millones de dólares de importaciones chinas, informa Chris Buckler, corresponsal de la BBC en Washington.
Pekín es reacia a intensificar las disputas comerciales con Washington ya que su economía aún depende bastante de las exportaciones. Y, debido a que tiene un superávit con Estados Unidos, parece tener más que perder en una guerra comercial.