En Iztapalapa, en el oriente de la Ciudad de México, la falta de agua es tal, que se han vuelto comunes los "secuestros" de pipas (camiones cisterna) que la transportan.
PUBLICIDAD
"Me pusieron una pistola en las costillas. Me pidieron que me bajara de la pipa en la que iba para llevar agua para la unidad habitacional donde vivo. El chofer que iba manejándola me dijo que obedeciera, que no valía la pena arriesgar la vida".
Quien cuenta esta historia es Judith Varela, de 53 años, una vecina de la Unidad Habitacional el Vergel de Santa Cruz.
"Estamos muy desesperados", le cuenta a BBC Mundo otra mujer, de unos 70 años, que prefiere no decir su nombre.