Por días fue un misterio.
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En un depósito de la policía en Pilar, al noroeste de Buenos Aires, los agentes no encontraban razones para explicar qué había pasado con más de 540 kilogramos de marihuana que habían desaparecido de las instalaciones.
Hasta que un grupo de ellos ofreció una explicación que desconcertó al juez a cargo de la investigación.
El entonces comisario de policía de la ciudad, Javier Specia, y otros siete de los oficiales a su servicio, alegaron que la droga se la comieron los ratos que abundan en el almacén.
Ahora, los ocho implicados fueron despedidos de su cargo por considerar dicho argumento no era válido y habían mentido, pues según los investigadores, es imposible que los roedores hubieran podido engullir más de 500 kilos de droga.
Por lo pronto, los exoficiales deberán testificar nuevamente ante el juez el venidero 4 de mayo, cuando se decidirá finalmente si la desaparición de la droga se debió a "conveniencia o negligencia".
La investigación
Un portavoz del juez Adrián González Charvay explicó que, de acuerdo con los expertos de la Universidad de Buenos Aires, "los ratones no confundirían la droga con comida", e incluso si lo hicieran, "se habrían encontrado muchos muertos en el almacén".