La única certeza es que el Real Madrid clasificó por octava vez consecutiva a las semifinales de la Champions League.
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Lo que muchos cuestionan es la manera en que lo logró.
Primero porque dejó muchas dudas al recibir tres goles de la Juventus y permitir que el equipo italiana remontara una eliminatoria que parecía imposible tras la exhibición de Cristiano Ronaldo hace una semana en Turín.
Y segundo por la decisiva acción en el último suspiro del partido que el árbitro inglés Michael Oliver decretó como penalti y terminó transformando el delantero portugués.