La disputa comercial entre Estados Unidos y China está mostrando sus primeras consecuencias.
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Los aranceles impuestos por la Casa Blanca al acero y aluminio provenientes del extranjero entraron en vigencia el mes pasado.
Poco después, Pekín respondió fijando aranceles a más de 100 productos estadounidenses, entre ellos, la carne de cerdo, frutas y vino.
Donald Trump acusa a China de robar propiedad intelectual (especialmente en el sector tecnológico) y amenaza con incrementar sus barreras comerciales, mientras que China advierte que responderá con nuevas restricciones comerciales.
Economistas han proyectado que la disputa arancelaria debería tener un impacto limitado sobre la economía estadounidense en su conjunto.
Pero han advertido que las medidas provocarán un alza de precios que terminará afectando a todo tipo de productos, desde televisores hasta vitaminas.
Y en algunos sectores como el agrícola, aeroespacial y manufacturero, los efectos podrían ser severos.
¿Cómo están enfrentando las compañías estadounidenses una potencial guerra comercial?