"Steve" estuvo con Zoe de Toledo cuando ganó la medalla de plata en remo en los Juegos Olímpicos de Río 2016.
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También subió al podio junto a ella y las otras integrantes del equipo británico de ocho con timonel, en el que fue la encargada de navegar hasta la histórica presea.
Y permanecía inmóvil cuando 16 meses después, tras retirarse de la alta competencia, se presentó para participar en un proyecto de investigación en el que le pagaron US$100.
Fue un momento crucial ya que a raíz de eso De Toledo, ahora de 30 años, conoció de su existencia, la de "Steve", el tumor que ocupaba una buena parte de su cerebro.
Al darle un nombre, De Toledo alivió un poco el impacto que supuso para ella la noticia y pensar que estuvo allí no solo cuando participó en las Olimpiadas, sino que durante una gran parte de su vida.
"Que me dijeran que tenía un tumor fue una cosa que tuve que aceptar", le dijo De Toledo a Katie Falkingham, de BBC Sport, "lo llamé ‘Steve’ porque no quería referirme a él como ‘mi tumor’, lo hacía sonar peor de lo que era".
13 horas en el quirófano
Cuando De Toledo supo de su existencia no se alarmó, al fin de cuentas se trataba de un tumor benigno, pero la situación cambió cuando se tuvo que plantear la necesidad de que fuera removido, y lo que averiguaron después de la operación el mes pasado.