Daniel Cuevas Zúñiga estaba volviendo a su casa en bicicleta después de un turno nocturno en el sur de Estocolmo, Suecia, cuando se detuvo a recoger un objeto que encontró en el suelo.
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La policía cree que Cuevas Zúñiga, un chileno de 63 años que emigró a Suecia a mediados de los años 80 y que trabajaba en un hogar de ancianos, confundió al objeto con un juguete.
Pero era una granada de mano que explotó apenas la tocó y lo mató casi de forma instantánea.
Su esposa Wanna iba delante de él. La explosión la tiró al suelo.