Parece una pregunta ingenua: al fin y al cabo, sabemos que a nuestro planeta lo alumbra el Sol, y que cuando la Tierra gira en su propio eje, una parte queda a oscuras.
PUBLICIDAD
Pero esta pregunta tan sencilla intrigó a los científicos durante siglos: pensaban que si en un universo estático había infinitas estrellas, el cielo nocturno resplandecería y la noche no sería precisamente oscura.
Esa era la lógica en el siglo XIX, cuando los expertos creían que el universo era eterno, infinitamente grande y que no cambiaba con el tiempo.