Su acción o, mejor dicho, su contención al actuar le ha valido ser calificado de "héroe".
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La prensa de Canadá lo ha bautizado como "el policía que no disparó".
Su nombre no ha sido hecho público, pero el agente que el lunes hizo frente a Alek Minassian, el presunto responsable de un atropello masivo ocurrido el lunes en Toronto que causó 10 muertos y 15 heridos, se ha convertido en el hombre del momento en ese país.
Minassian, quien este martes fue imputado por homicidio intencional, condujo una furgoneta sobre una acera repleta de transeúntes en un recorrido de unos 1,6 kilómetros llevándose por delante a numerosas personas.
Cuando finalmente el vehículo se detuvo, se bajó del mismo y se encaró a las autoridades.
Entonces, se produjo una escena inusual en este tipo de sucesos.
"Dispárame"
Según se puede observar en videos grabados por testigos del incidente, cuando Minassian descendió del vehículo lo hizo con una actitud desafiante.
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Mirando hacia un policía que había llegado al lugar con su auto de patrulla, lo apuntó reiteradamente con un objeto negro que tenía en sus manos, como quien saca un arma para disparar.
El agente se bajó de su carro, mientras Minassian mantenía la misma actitud y, según los testimonios recogidos por la prensa local, le gritó al funcionario: "Dispárame. Mátame. Tengo una pistola en mi bolsillo".
"No me importa", le respondió el policía, quien le apuntaba con su arma y le indicaba que se bajara al piso.
Ambos repitieron las mismas frases hasta que el policía se acercó lentamente al hombre y, en lugar de dispararle, guardó su pistola, sacó su porra y le indicó que se bajara al piso.
Entonces, Minassian tiró al suelo el objeto que tenía en sus manos y se sometió a las instrucciones del funcionario, quien inmediatamente lo esposó y lo detuvo sin hacer ni un solo disparo.
"Nadie habría culpado a policía por dejarlo (muerto) allí donde se encontraba, considerando el horror de lo que acababa de pasar y la amenaza potencial que persistía. En muchos lugares, el hombre seguramente habría sido recibido con una tormenta de balas", escribió sobre el incidente el columnista Marcus Gee en el diario canadiense Globe and Mail.
"La amenaza terminó sin otra muerte innecesaria. Gracias al profesionalismo de este agente, la policía puede ahora interrogar al sospechoso sobre sus motivos y quizá determinar si se trataba de un acto de terrorismo político", agregó.
Entrenamiento
El jefe de la policía de Toronto, Mark Saunders, dijo que la exitosa detención estaba directamente relacionada con el "entrenamiento de alto calibre" al que se someten los agentes.
"Los funcionarios son formados para usar la menor fuerza posible en cualquier situación", señaló.
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, alabó la actuación policial e indicó que los agentes "hicieron frente al peligro sin un momento de duda".
Por su parte, el presidente de la Asociación de Policías de Toronto, Mike McCormack, dijo haber hablado con el agente -cuya actuación alabó- y dijo que se trata de un hombre humilde y tranquilo que se encuentra conmocionado, no por el arresto, sino por la masacre que se produjo antes.
McCormack aseguró que hubiera estado justificado que cualquier agente disparara en esas circunstancias. "Pero este funcionario vio lo que ocurría y concluyó que podía resolverlo de la manera como lo hizo. La gente tiene razón: este hombre es un héroe", concluyó.
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