Empezaron a "brotar" a mediados de 2013 en sitios estratégicos de Managua, capital de Nicaragua, y ahora hay unos 140 por toda la ciudad.
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Los "árboles de la vida" son enormes estructuras metálicas de entre 15 y 20 metros de altura, formas estilizadas, multicolores e iluminadas que dominan el panorama citadino y están asociadas con el gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional.
Existen por iniciativa y orden de la vicepresidenta y primera dama, Rosario Murillo, cuya visión conceptual de ocupar el espacio público con símbolos de tinte político y seudoesotérico ha generado varias críticas, principalmente por el costo del proyecto.
Ahora, han sido objeto de la ira de manifestantes que, desde el fin de semana, han derribado y quemado varios árboles de la vida en protesta contra las reformas al sistema de seguridad social y pensiones planteadas por el presidente Daniel Ortega.
Tras la movilización violenta que dejó varios muertos y daños materiales, el presidente Ortega anunció la revocación de la polémica reforma.
Pero eso no ha calmado los disturbios y los manifestantes han decidido expresar su descontento arrasando los emblemáticos árboles vinculados al gobierno de Ortega, que lleva en el poder más de una década.
"Reforestación" metálica
Fueron erigidos inicialmente en la Plaza de la Fe, en Managua, en conmemoración del 34 aniversario de la Revolución Sandinista, el 31 de julio de 2013.