Cuando Alan y su esposa Jean se mudaron a una casa en Leeds, en el norte de Inglaterra, decidieron instalar unas cámaras de seguridad para sentirse más protegidos en su nuevo hogar.
PUBLICIDAD
Ya contaban con un equipo de videovigilancia, pero quisieron reforzarlo.
"Al poco de venir a vivir aquí, alguien irrumpió en la propiedad y se llevó una bici, así que pensé que sería una buena idea poner algunas cámaras más", le contó Alan a la BBC.
"Instalé dos cámaras nuevas en la parte de afuera, unas de mejor calidad que las anteriores que me permitían ver con más detalle lo que ocurría".
Alan y Jean tienen siete cámaras en su casa, todas ellas con acceso remoto.
Pero nunca imaginaron que no solo ellos, sino miles de personas de diferentes partes del mundo, llevaban tiempo observando todo lo que registraban esos dispositivos a través de internet.