Casi tres meses después de las elecciones, Italia parecía estar a punto de superar el bloqueo y formar un gobierno que, aunque polémico, serviría al menos para dejar atrás la incertidumbre política.
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Pero cuando el presidente, Sergio Mattarella, vio el domingo la lista propuesta para conformar el gabinete ministerial, uno de los nombres tiró por la borda semanas de negociaciones y volvió a poner al país al borde de unas nuevas elecciones.
Ese nombre es el de Paolo Savona, un economista de 81 años que había sido elegido para ocupar el puesto de ministro de Economía por La Liga Norte y el Movimiento 5 Estrellas (MS5).
Ambos partidos obtuvieron los mejores resultados en los comicios del pasado 4 de marzo. Sin embargo, ninguno consiguió los parlamentarios suficientes que exigen las leyes italianas para designar por sí solos al primer ministro y su gabinete.
Sólo una alianza podía evitar que los italianos volvieran a las urnas. Algo complicado para dos formaciones que deben su popularidad a sus posturas radicales.
La Liga es un partido de derechas que rechaza la inmigración y que en varias ocasiones se ha mostrado contraria al euro y a la concepción actual de la Unión Europea (UE).
El M5S, fundado por el humorista Beppe Grillo, más que una ideología clara practica un discurso en que ha sabido aglutinar el malestar popular provocado por la crisis económica y los recortes presupuestarios que, se suponía, acabarían con ella.