Recibir primeros auxilios puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
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Pero a medida que aprendemos más sobre el cuerpo humano y sobre cómo responde, los consejos para enfrentar estas situaciones van cambiado gradualmente a lo largo de los años.
Esto implica que, en algunos casos, lo que aprendimos en el pasado se fue quedando desfasado.
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Te presentamos algunos de los mitos más comunes sobre primeros auxilios… y lo que deberías hacer en su lugar en estas circunstancias.
Mito 1:
Poner mantequilla sobre una quemadura.
Este es un remedio popular desde hace siglos. Incluso fue recomendado por el hombre a quien se suele atribuir la invención de los primeros auxilios, el cirujano y general prusiano Friedrich von Esmarch.
Exponer al aire una quemadura reciente causa mucho dolor.
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Cubrirla con una sustancia fresca como la mantequilla aliviará ligeramente la agonía durante un tiempo. Pero el dolor volverá pronto, y aislar la quemadura del aire antes de que se haya enfriado puede mantener el calor en ella, lo que significa que la piel seguirá quemándose.
En la mayor parte de los casos, se recomienda retirar cualquier ropa o joyas que estén en contacto con la quemadura y luego colocarla bajo el chorro de agua del grifo por un tiempo mucho más largo de lo que pensarías: al menos 20 minutos.
Esto evita que la piel siga quemándose y ayuda a anestesiar la zona.