La futbolista Jaelene Hinkle rechazó la oportunidad de jugar dos partidos el año pasado con la selección de Estados Unidos porque, debido a sus principios religiosos cristianos, decidió no ponerse una camisa en la que se homenajeaba a la comunidad LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales).
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La defensa, de 25 años, quien milita en el equipo de Courage de Carolina del Norte, fue convocada para jugar contra Suecia y Noruega en junio de 2017.
Para ambos encuentros, los números de las camisetas tenían los colores del arco iris, un símbolo de la comunidad LGBT.
La Federación de Fútbol de Estados Unidos había decidido participar en el mes del orgullo LGBT, celebrado en ese país en junio, durante los partidos amistosos que disputaba ese mes.
La manera que decidió sumarse fue a través de la visibilización en sus camisetas.
Cuando Hinkle, quien ha sido seleccionada para representar su país en ocho ocasiones, decidió no ponerse la camisa, la selección nacional no dio una explicación formal de su ausencia.
Sin embargo, esta semana se transmitió una entrevista que le hizo Christian Broadcasting Network, un canal de televisión estadounidense de orientación cristiana, en la que la futbolista habló por primera vez sobre su decisión de no vestir la camisa.
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Este miércoles, cuando su nombre fue anunciado antes de jugarse un partido, fue abucheada.
Renunciar a un sueño
Hinkle, quien indicó que estaba "muy decepcionada" por haber tenido que renunciar a "su sueño de niña", no ha vuelto a ser convocada por la selección estadounidense.
