Tras el ataque contra el diario El Mañana en 2006, comenzó el silencio generalizado.
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La oficina de ese periódico de Tamaulipas, en el noreste de México, recibió una ráfaga de balas y explosivos en un nivel de violencia contra la prensa nunca visto antes.
Según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), fue "el primer ataque armado y con explosivos contra instalaciones de un medio de comunicación en tiempos de la ‘guerra contra el narcotráfico’".
"De hecho se lo señala como uno de los primeros mensajes de intimidación a la prensa desde los grupos criminales que se instalaban en diversas zonas del país", apuntó la CIDH en un informe de 2017 en el que mencionaba la expresión "zonas silenciadas".
Así es como el organismo definió la región del estado de Tamaulipas -y parte de Veracruz- en la que la prensa evita investigar y publicar noticias sobre las actividades criminales.