Kim Jong-un es el líder de uno de los países más herméticos del mundo: Corea del Norte.
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De él solo se conoce lo que informan los medios oficiales de su país. Pero este martes, Kim habló sin filtros en un breve encuentro con la prensa internacional, ante las cámaras y micrófonos de los medios occidentales.
Fue durante la histórica cumbre con Donald Trump celebrada en Singapur, en la que los hombres con más poder en Pyongyang y Washington se vieron por primera vez la cara.
Los mandatarios iniciaron el encuentro con un apretón de manos delante de los periodistas y frente a las banderas de sus países, para a continuación partir hacia la sala en la que conversaron con la única presencia de los traductores.
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El presidente Donald Trump dijo ante los medios que tendría una "relación excelente" con Kim, lo que repitió después tras el encuentro.
Pero el líder norcoreano contó también brevemente a la prensa occidental cómo fue el proceso para llegar a la cumbre.
Un camino difícil
Sentados y separados por una pequeña mesa, antes de iniciar la reunión a solas ambos posaron para la prensa y se volvieron a dar la mano.
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Fue entonces cuando habló Kim.
"No ha sido fácil llegar a este punto", fue su primera frase, a través de un intérprete.