A Antonio Díaz* los "muchachos" lo obligaron a entregar US$10.000.
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El hermano de su mujer, que vivía con ellos, tuvo una relación con la mujer de un vecino y este le exigió a Manuel compensarlo económicamente.
Como no tenía ese dinero, pidió que le concedieran 90 días para recolectarlo.
Los "muchachos" aceptaron, pero se aseguraron de que conociera sus condiciones: sin el dinero, matarían a toda su familia.
Un día antes del vencimiento del plazo, en septiembre de 2013, Antonio y su familia decidieron huir para siempre de su ciudad, Sonsonate, en El Salvador.