Cuando la periodista Elizabeth Ohene enterró a su madre a las tres semanas de fallecida, su comunidad quedó horrorizada. Lo normal en Ghana es demorarse por lo menos entre tres y seis meses. ¿Por qué? ¿De dónde viene esta extraña costumbre? Esta es la reflexión de Ohene.
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La semana pasada apareció en las noticias una de esas historias de funerales que son típicas en nuestro país.
El cuerpo de un jefe de una comunidad que había muerto hace seis años todavía estaba en la morgue porque la familia no lograba ponerse de acuerdo en quién debía ser el "principal doliente" o deudo más cercano.
Como siempre me ocurre, estaba indignada.
Pero la historia no atrajo mucha atención porque estamos acostumbrados a dejar cuerpos en la morgue por largos períodos hasta que se resuelven las disputas que surgen después de cada muerte.
Nuestros elaborados y costosos funerales, y nuestros féretros de excéntricos diseños fueron bien documentados.
A pesar de mi interés por tratar de entender cómo los funerales se volvieron tan importantes en nuestra sociedad, hay cosas que todavía no puedo entender después de todos estos años.
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Esto me hace seguir buscando explicaciones.
La "familia"
Tomemos, por ejemplo, el papel de la "familia" en los funerales.