Un signo de cambio se ve ya en las calles de Corea del Norte.
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Y es que en los últimos meses, al parecer, la famosa propaganda del país más hermético del mundo ha ido bajando su tono.
Hasta hace poco, las pancartas y los carteles que se exhibían en la capital y otras ciudades presentaban típicamente a Estados Unidos como un brutal agresor imperialista y a Corea del Sur o Japón como los dispuestos aliados de ese archienemigo.
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Pero testimonios de personas que han estado recientemente el país regido por Kim Jong-un aseguran que estas vallas, letreros, anuncios y murales fueron reemplazados por otros sobre el progreso económico y el acercamiento intercoreano.
Los cambios no terminan allí.
Varios analistas aseguran que los principales medios de comunicación norcoreanos, fuertemente controlados por el Estado, también han experimentado un cambio en el tono.
Entonces, ¿Estados Unidos ya no es pintado como un enemigo?
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Los nuevos tiempos
La gran mayoría de los norcoreanos tiene muy poco acceso a la información, por lo que los medios estatales y la propaganda tienen un impacto mucho mayor que en otras partes del mundo.
Con Estados Unidos tradicionalmente representado como el principal enemigo, la propaganda nunca se contuvo en mostrar cómo Pyongyang respondería: a base de misiles y con tropas invencibles que aplastan a los invasores.
Los carteles estuvieron destinados durante décadas a inspirar patriotismo, generar confianza en el liderazgo y dar sentido a la creencia de que entregar la vida en combate es el acto de mayor gloria para la nación.