En los últimos cinco años, Ekapol Chanthawong ha pasado gran parte de su tiempo en Wat Phra That Doi Wao, un templo budista tailandés en la frontera con Myanmar.
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El entrenador de fútbol que estuvo atrapado con 12 de sus pupilos en una cueva al norte de Tailandia durante 18 días, acostumbraba a levantarse bien temprano para cuidar de su abuela, que residía en la ciudad birmana de Tachileik.
Luego cruzaba la frontera para acudir al templo donde ayudaba a limpiar y organizar ceremonias budistas. A las cuatro de la tarde iba a entrenar, una vez que ya no había ceremonias ni cosas que hacer en el templo.