En inglés es conocido como "honey shot" – algo así como "la toma de la belleza"- y ocurre cuando una mujer atractiva, según los cánones de la belleza tradicional, consigue la atención de las cámaras de una transmisión deportiva que captan un primer plano de su rostro en medio de las multitudes en las gradas.
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Es una práctica extendida en las transmisiones televisivas, pero ha estado bajo fuerte escrutinio durante el Mundial de Rusia 2018.
Tanto, que la FIFA le ha pedido a los directores de cámara de las distintas retransmisiones que eviten hacer primeros planos de mujeres "atractivas", jóvenes o provocativas en el estadio simplemente porque son apetecibles para el ojo del espectador masculino.
Le ocurrió por ejemplo a la colombiana Natalia Betancourt, quien durante el partido entre Brasil y Colombia en los cuartos de final del Mundial de Brasil 2014 estuvo en cámara durante tres segundos. Y eso le bastó para la lanzar su carrera como modelo.
Esos tres segundos, y un tuit de la famosa cantante Rihanna.
"No sabía que las cámaras me iban a enfocar ese día. Y por supuesto, no tenía la menor idea de todo lo que iba a pasar después de eso", le dijo Betancourt a la BBC.
Rihanna vio el rostro de la colombiana en televisión, publicó un breve fragmento en video y escribió en Twitter el mensaje: "Guapa colombiana".
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Betancourt se enteró porque su prima le mostró la publicación en redes y al principio le costó creer que se tratara de la cuenta oficial de la artista pop de Barbados.
"La gente que me rodea sabe que yo me moría por Rihanna. Era fan de antes, no por lo que me pasó. Pensé que era un momento divertido y no más: unos segundos de fama, incluso pensé que era bueno porque yo no había llamado a mi mamá en todo el viaje por Brasil y así ella ya sabía que yo estaba bien".
"Y luego una feliz interacción en redes sociales con una artista que admiro, no más", dijo la modelo.
De regreso
Pero la vida de Betancourt dio un vuelco cuando regresó a Colombia después del partido. Y ella dice que "no estaba preparada" para lo que iba a ocurrir.
"Esa salida en cámara me abrió las puertas de los medios", explicó.
"Yo no tenía nada que ver con ese mundo, yo tenía una empresa de materiales para la construcción con mi novio, así que todo cambió mucho, muy pronto y sin que yo lo hubiera buscado", añadió.
En pocos meses, Betancourt se convirtió en un rostro familiar para los colombianos tras protagonizar incontables entrevistas y sesiones de fotos y aparecer en varias portadas, incluida la de la revista para hombres Soho.