En medio de una de las crisis políticas más fuertes de su historia reciente, Nicaragua conmemora este jueves 39 años desde que la revolución sandinista puso a fin al régimen de los Somoza.
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Así es que las celebraciones están marcadas por las denuncias de excesos en la represión ordenada por el presidente Daniel Ortega.
Miles de manifestantes en todo el país están exigiendo su renuncia y la de su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo. También están pidiendo elecciones anticipadas.
Desde mayo, más de 300 manifestantes antigubernamentales han sido reportados muertos en las calles de Nicaragua y miles más han resultado heridos.
El Ortega de ahora, a sus 72 años, está lejos de aquel idolatrado luchador por la libertad que llegó a ser.
En vez de esto se le está comparando con los Somoza, la dinastía de brutales gobernantes que ayudó a derrocar a fines de los 1970, cuando era guerrillero sandinista.
Cómo empezó la crisis en Nicaragua
La situación actual tuvo su detonante en abril con la introducción por parte del gobierno de reformas a la seguridad social.
La iniciativa incrementaba las contribuciones y reducía las pensiones. Eso hizo estallar una ola de protestas espontáneas en todo el país.