"Ocurrió al chasquido de los dedos, en un momento como la caída de un alfiler".
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Esas fueron las palabras con las que describió el asesinato de Nia Wilson el jefe de la policía del tren del Área de la Bahía de San Francisco (BART, en sus siglas en inglés), Carlos Rojas, en una conferencia de prensa el lunes pasado.
La joven afroestadounidense de 18 años fue asesinada el pasado domingo a por la noche en Oakland, California.
Ella y su hermana, Lahtifa, regresaban a su hogar en tren de un evento familiar cuando las dos fueron acuchilladas en el cuello.