El primer intento de Portugal de conmemorar su larga historia de esclavitud ha levantado grandes pasiones sobre cómo el país debería confrontar su pasado colonial y encarar su presente multirracial.
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El monumento para recordar a las millones de víctimas de la esclavitud no solo sigue sin edificar, sino también sin diseñar, a pesar de que los residentes votaron en diciembre pasado a favor de erigirlo en el agradable paseo de Ribeira das Naus, en Lisboa.
Las naves cargadas de esclavos llegaban ahí como parte de un comercio entre las dos orillas del Atlántico que duró 400 años, hasta el siglo XIX.
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No muy lejos está el ayuntamiento de Lisboa, en el edificio de una antigua prisión para esclavos, donde estos eran detenidos hasta que sus propietarios pagaran los impuestos sobre sus activos humanos.
Para una nación que glorifica a sus exploradores y navegantes, examinar su pasado colonial es una tarea que genera divisiones. Y Portugal tradicionalmente se ha enorgullecido de no distinguir colores.
De la esclavitud al racismo moderno
"Queremos que este monumento dé vida al debate entorno al racismo hoy en día", dice Beatriz Gomes Dias, cuya asociación de descendientes de africanos, Djass, promueve la construcción del monumento.
"Portugal debe reconocer que la esclavitud no es algo que fue aclarado en el pasado. Hay una línea clara entre la esclavitud, el trabajo forzado que continuó después y el racismo que ahora atraviesa la sociedad".
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Sin embargo, algunos portugueses blancos argumentan que el país no tiene un problema de racismo.
"Cualquiera con un poco de conocimiento sobre Europa estará de acuerdo con nosotros: Portugal es probablemente, sino definitivamente, el país menos racista de Europa", escribió el año pasado Renato Epifânio, académico y fundador del Movimiento Internacional Lusófono.
El escritor e historiador João Pedro Marques acepta que los afrodescendientes tienen el derecho de recordar el sufrimiento de su pueblo. Pero sostiene que los activistas están exagerando el rol de Portugal en el comercio de esclavos y distorsionando su historia colonial por razones políticas.
"Creo que aquellos que están haciendo campaña contra el racismo quieren sustituir una visión parcial de los eventos por una aún más sesgada", dijo.
"Orgullo por el colonialismo"
Gomes Dias dice que los activistas negros portugueses están intentando "desafiar la narrativa dominante de la identidad portuguesa".
"No hay lugar en la imaginación portuguesa para los negros. Las personas con ascendencia africana no son reconocidas como parte de la sociedad portuguesa", sostiene.