Shubnum Khan es una escritora sudafricana, pero cuando estaba en la universidad con unos amigos recibió una oferta irresistible: una sesión de fotos gratis.
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No se lo pensaron dos veces. Hoy, sin embargo, habrían actuado de manera diferente después de descubrir que sus imágenes están repartidas por internet, en buses en Londres o en posters de McDonald‘s en China o India. Este es un extracto de su historia… pero también una advertencia, como ella misma cuenta*.
Seis años atrás, un amigo en Canadá publicó una foto en mi muro de Facebook de un anuncio en un diario canadiense con mi rostro promocionando la inmigración.
Obviamente me sorprendió y me dejó confusa. Analicé la imagen y sí, era yo. Y aunque no me importaba promover la inmigración en Canadá, no entendía por qué mi cara figuraba en un periódico en la otra parte del mundo.
Después de unos segundos sin entender nada, un amigo me recordó que habíamos hecho una sesión de fotos unos años atrás. Cuando estaba en la universidad, me enteré de que un fotógrafo ofrecía sesiones gratisprometiéndonos retratos profesionales a cambio de nuestras imágenes.
La iniciativa se llamaba 100 Faces Shoot, y consistía en tomar 100 caras diferentes de todas las edades y razas en Durban, Sudáfrica.
Mis amigos y yo estábamos muy interesados. Al principio de la sesión, firmamos un formulario de consentimiento. Pensé que era para darle permiso para usar las fotos para su archivo. No leímos la letra pequeña.
Lo sé. Fue estúpido.