El remolque cubierto de plásticos en medio del desierto estaba bajo la mira del FBI, pero fue un llamado de auxilio lo que hizo que las autoridades actuaran.
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"Estamos hambrientos y necesitamos comida y agua", decía el mensaje que llegó el pasado jueves a la oficina del alguacil del condado de Taos, Nuevo México (suroeste de Estados Unidos).
Los investigadores llevaban meses buscando a un niño de 4 años, Abdul Ghani Wahhaj, que había sido supuestamente raptado por su padre el pasado diciembre.
El pedido de ayuda les llevó a creer que el niño podía estar en esa improvisada vivienda en el norte del estado de Nuevo México, por lo que la allanaron al día siguiente.
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