"El sol salía tarde para nosotras todas las mañanas".
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Así le dijo a uno de los investigadores una niña que fue rescatada en mayo pasado de un refugio en el estado indio de Bihar donde junto a unas treinta chicas eran abusadas sexualmente de manera sistemática.
Dentro de esa casa húmeda y sin ventanas, las noches parecían no tener fin. Y en esa oscuridad aparecían visitantes desconocidos para abusar de ella, según contó.
La niña era una de las 44 chicas de entre 7 y 17 años que vivían en una casa de tres pisos en Muzaffarpur, en el este de India, una ciudad conocida por sus ropas baratas, brazaletes de laca y crimen organizado.
Eran huérfanas, fugitivas, traficadas y desamparadas en uno de los estados más pobres de India, donde el 46% de la población tiene menos de 17 años.
Estado "deplorable"
La tarde del 30 de mayo, funcionarios del gobierno llegaron a la casa y pidieron a las chicas que los siguieran. Caminaron silenciosamente hacia las camionetas de la policía que las condujo a otros tres refugios diferentes.