Imagínense por un momento esta situación: una mujer es violada y, producto de la agresión sexual, queda embarazada y decide tener el bebé.
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De repente, tras el nacimiento de la criatura, el violador reclama la custodia compartida o derechos de visita.
Esto, que puede resultar insólito, ocurre en Estados Unidos, país en el que cada año alrededor de 30.000 mujeres quedan embarazadas tras una violación.
En cinco estados del país, si la mujer decide seguir adelante con el embarazo, el violador puede solicitar derechos parentales y tener acceso al bebé.
O si la madre elige entregarlo en adopción, quizá tenga que obtener el permiso de su violador para poder hacerlo.
Algunas de las mujeres afectadas le contaron su historia a la BBC.
Temor y altos costos legales
Tiffany se quedó embarazada después de ser violada a los 12 años.
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Vive en Michigan con miedo porque su violador pidió ver a su hijo.
"Tenía miedo. No sabía si iba a tener que dejarle que lo viera. Porque en aquel momento, el juez dijo que había derechos de paternidad", le contó Tiffany a la BBC.