Un número cada vez mayor de mujeres en Corea del Sur elige no casarse, no tener hijos e incluso no tener relaciones sentimentales con hombres. Con el índice de fertilidad más bajo del mundo, la población del país comenzará a declinar, a menos que algo cambie.
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"No tengo planes de tener hijos, nunca", me dice la joven de 24 años Jang Yun-hwa, cuando conversamos en un café de moda en pleno centro de Seúl.
"No quiero sentir el dolor físico del parto. Y perjudicaría mi carrera".
Al igual que muchos otros adultos jóvenes en el extremadamente competitivo mercado laboral surcoreano, Yun-hwa, caricaturista en internet, trabajó muy duro para llegar a la posición en que está, y no quiere ahora tirar a la basura todo el esfuerzo invertido.
"Más que ser parte de una familia, me gustaría ser independiente, vivir sola y alcanzar mis sueños", dice.
Yun-hwa no es la única mujer coreana joven que creen que carrera o familia son dos opciones mutuamente excluyentes.
Leyes que no se ponen práctica
Corea del Sur tiene leyes diseñadas para evitar que se discrimine a las mujeres por quedar embarazadas o por sencillamente tener una edad en la que esto es una posibilidad, pero, en la práctica, dicen los sindicatos, no se implementan.
La historia de Choi Moon-jeong, una mujer que vive en los suburbios de Seúl, es una poderosa ilustración de este problema.