Este lunes Grecia completó oficialmente el último de los programas impuestos por la Unión Europea para hacerle frente a su crisis de deuda.
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Pero los efectos de la misma todavía se seguirán sintiendo durante un buen tiempo.
El programa -de tres años de duración y vinculado a un préstamo de emergencia de más de US$70.000 millones-, formó parte del mayor plan de rescate financiero de la historia, valorado en unos US$330.000 millones, y el país necesitará décadas para cancelarlo.
Además, los profundamente impopulares recortes en el gasto público -una de las condiciones del rescate- continuarán.
Pero, por primera vez en ocho años, Grecia podrá prestar dinero a las tasas del mercado.
Y la economía griega también ha crecido lentamente en los últimos años.