"Parece 3D" no es como me gustaría que se describiera mi maquillaje, en términos generales. Así que siento un profundo rubor que se extiende por mi pecho y mi cara.
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Si no estuviese usando una base de cobertura completa, corrector, bronceador, polvos traslúcidos, dos tipos de delineador, iluminador y seis sombras de ojos, me preocuparía que el viejo colega con el que me había topado pudiera ver mis mejillas poniéndose rojas de vergüenza.
Había previsto que esto saldría de manera muy diferente. En las imágenes, parecía impecable: acababa de pasar más de una hora fotografiándome a mí misma y desde todos los ángulos, sin defectos.
Imagen tras imagen, sin importar la iluminación, mi cara se reflejaba hacia mí: cincelada y con un extraño aire de muñeca. Me veía sensual, sexy.
"Has creado un monstruo", le dije a la maquilladora, que acababa de pasar 90 minutos pintando esta cara. "No puedo dejar de tomar fotos de mí misma".
https://www.instagram.com/p/BlqXvTfnL-A/?taken-by=alexliviajones
Mi rutina habitual de maquillaje consiste en cinco productos -aplicados en cuatro minutos y 37 segundos- que me pongo en el autobús en el camino al trabajo (sí, lo he cronometrado).
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Pero decidí pasar una semana en modo "Rostro de Instagram" ("The Face"), el look de maquillaje que ha dominado las redes sociales durante los últimos tres años.
Y a juzgar por mi primera interacción, va a ser más difícil para mi ego que lo que pensé.
El look ha sido popularizado por las Kardashian (¿quién más?) y copiado por miles de influenciadoras como NikkieTutorials (10,6 millones de suscriptores en YouTube), Patrick Starrr (4,5 millones de seguidores en Instagram) y Sonjdra Deluxe (1,1 millones de seguidores en Instagram).
Y cada vez también aparece más en los rostros y las redes sociales de personas normales como yo (que cuento con unos 850 seguidores en Instagram).
Eliminar textura
"Te va a resultar difícil usarla en el exterior, a la luz del día", me había advertido ya Zoe Moore, la artista de maquillaje que me transformó en "The Face" utilizando no menos de 25 productos diferentes.
"Se trata de borrar imperfecciones [piensa en capas de base y corrector, todo ‘horneado’ en su lugar usando polvo comprimido] y, en la medida de lo posible, eliminando la textura de la piel", explica la maquilladora.
Según Moore, para lograr el look la nariz tiene que ser delicada, un efecto que se logra al contornear los lados y la punta para cambiar su forma como una ilusión óptica.
Los ojos y los labios, por su parte, tienen que ser enormes.
"Lo siento por las chicas jóvenes que están inmersas en este mundo de Instagram", me dice Moore. "Es mucha presión para ellas".
La primera foto
Subo un selfie a Instagram, con una nota de que estoy probando un nuevo aspecto. Los "me gusta" comienzan a rodar casi de inmediato, cada pocos segundos más y más.
https://www.instagram.com/p/Bln0GeTHaIH/?taken-by=alexliviajones
Estoy desconcertada, mis seguidores son en gran parte amigos y familiares, mis publicaciones generalmente reciben cerca de 40 "me gusta" en total.
Refresco una y otra vez la pantalla. Ya estoy en 35 "me gusta" solo diez minutos después. Es adictivo. Estoy enganchada.
Al día siguiente ya he sumado más de 100 "me gusta" y numerosos comentarios elogiosos: emojis de fuego, varios "te ves fascinante" y casi 20 nuevos seguidores. Todo a partir de una imagen.
Mi cerebro está borracho de dopamina, el neuroquímico que se libera cada vez que tenemos una interacción social positiva, nos hace sentir bien y refuerza nuestro deseo de hacer lo que acabamos de hacer (la misma respuesta física que causa la adicción).
Desde una perspectiva evolutiva, este efecto está destinado a ayudar a formar hábitos que nos mantengan vivos: recibir un golpe de dopamina cuando tienes relaciones sexuales te hace querer hacerlo de nuevo, y la especie está asegurada.
Pero en un mundo de validación y "me gusta" instantáneos, los científicos están advirtiendo que nuestro sistema de dopamina está perdiendo el control.
La mañana siguiente…
Una mañana intento recrear "The Face" yo misma por primera vez. Reúno un montón de maquillaje, en gran parte obsequios de cumpleaños viejos, y me pongo a trabajar.
Desafortunadamente, solo me levanto 20 minutos antes de lo normal, y eso no es tiempo suficiente.