En Hong Kong, hay gente que quisiera que los dragones existieran.
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Varios rascacielos de lujo, hoteles, bancos y edificios del gobierno comparten una curiosa característica: están atravesados por un agujero cuadrado, al que muchos llaman "puertas de dragón".
Ese detalle, aunque parezca un capricho del arquitecto o algo con una función netamente práctica, para algunos tiene una explicación mucho más espiritual.
Los orificios son parte de los principios del feng shui, una creencia de origen chino que sostiene que en determinado ambiente se pueden armonizar las energías para aumentar el bienestar, la fortuna y la prosperidad de quienes lo habitan.
Quienes creen en el feng shui tienen en cuenta la posición de los objetos, la decoración, los colores y la distribución de los espacios para que las energías fluyan de manera equilibrada con la naturaleza.