Las computadoras cuánticas son promocionadas desde hace años como máquinas increíblemente poderosas que serán capaces de resolver problemas altamente complejos ferozmente rápido. Pero nadie se pone de acuerdo en cuál es la mejor forma de diseñarlas. ¿Quién ganará esa carrera?
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Las computadoras cuánticas de gran velocidad podrían acelerar el descubrimiento de nuevos medicamentos, descifrar los sistemas de seguridad criptográfica más complejos, diseñar nuevos materiales, modelar el cambio climático y sobrecargar la inteligencia artificial, según dicen los informáticos.
Pero, en la actualidad, no hay un consenso sobre la mejor manera de hacerlas realidad o asequibles a un mercado en masa.
Físicos, ingenieros e informáticos alrededor del mundo están intentando desarrollar cuatro tipos de computadoras muy distintos: basados en partículas de luz, trampas iónicas, cúbits superconductores o centros nitrógeno-vacantes en diamantes.
Compañías como IBM, Google, Rigetti, Intel y Microsoft están liderando este campo.
Cada método tiene sus ventajas y sus desventajas, pero el desafío predominante es la frágil naturaleza del quántum en sí mismo.
¿Qué es la computación cuántica?
En vez de usar series de 1 y 0 llamados bits como se hace en la computación tradicional, el bit cuántico o cúbit usa las propiedades casi mágicas de las partículas subatómicas.
Los electrones o los fotones, por ejemplo, pueden presentar dos estados a la vez, un fenómeno llamado superposición. Como resultado, una computadora basada en cúbits puede hacer muchos más cálculos a mayor velocidad que una máquina convencional.