Apenas se supo del caso, la conmoción e indignación se multiplicó en Bolivia.
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El 5 de septiembre, Sebastián Justiniano, un niño de apenas tres años, tuvo que ser sometido a una intervención quirúrgica debido a que se detectó un tumor cancerígeno en uno de sus riñones.
La operación duró alrededor de una hora y al finalizar el personal médico entregó a los padres del menor el informe escrito de lo sucedido en el quirófano.
Al revisarlo, el papá del menor descubrió horrorizado que se había cometido un terrible error: el riñón que extirparon a Sebastián era el derecho y no el izquierdo, que era el afectado por el tumor.
Al niño le habían retirado su único riñón sano.
"Busqué al doctor y le pregunté que había pasado. Subió a verificar lo que hizo y a la vuelta me dijo: ‘Hice una estupidez, saqué el que no era’. En la segunda operación sacó el riñón malo, pero lamentablemente antes había sacado el bueno y mi hijo quedó sin riñones", relata Ever Justiniano, padre del menor afectado por mala praxis.
El caso, ocurrido en la ciudad de Santa Cruz (sureste), de inmediato ocasionó la suspensión y procesamiento del médico involucrado, Roger Moreno, y la intervención de autoridades bolivianas.
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La solidaridad en Bolivia llegó al punto de que Jorge Robles, un presentador de televisión, se ofreció a ser el donante del órgano que ahora carece Sebastián.
El drama recién comienza
Sin riñones, el niño deberá ser sometido a tratamientos de hemodiálisis y depende de una máquina para purificar su sangre.
Médicos estiman, según reportes de medios locales, que el menor podrá pasar hasta cinco años así para de desarrollar su cuerpo lo suficiente y ser apto para recibir un trasplante.
Pese a la situación, los últimos partes médicos señalaron este martes que Sebastián se encuentra consciente, recibe alimentación líquida por vía oral y superó el cuadro crítico.
Una junta médica definirá cada cuánto se le practicarán las hemodiálisis y cómo se afrontarán las quimioterapias a las que debe ser sometido porque el cáncer hizo metástasis en sus pulmones.
"La vida de mi hijo cambió, ya no está completa. Nosotros (mi esposa y yo) nos sentimos igual incompletos por lo que le pasa a nuestro hijo", señaló el padre del menor al diario boliviano Página Siete.
Al complejo cuadro médico de Sebastián, se suman los problemas económicos de la familia Justiniano, que proviene del área rural.