¿Alguna vez te has preguntado cómo hacen los científicos para saber exactamente por dónde va a pasar un huracán?
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Esta es una de las interrogantes clave que se hacen los meteorólogos a la hora de tratar de de definir la trayectoria de una tormenta para salvar vidas y edificios.
La otra es cuál será la intensidad del ciclón.
El huracán Florence es uno de los últimos que están rastreando los meteorólogos en Estados Unidos.
Se espera que llegue a Carolina del Sur y Carolina del Norte entre el jueves y el viernes, y los expertos advierten que podría ser la tormenta más fuerte que golpea las Carolinas en décadas.
Para poder tomar estas medidas de prevención, hoy en día la tecnología es una gran aliada de los expertos, además de la información acumulada durante siglos sobre este tipo de fenómenos climatológicos.
De acuerdo con la NASA, trazar la ruta de un huracán depende de la precisión con la que se predicen los vientos en modelos computarizados.
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"Por lo general, la velocidad y la dirección de los vientos varían con la altitud", dice la agencia espacial estadounidense en su sitio.
"Los ciclones tropicales débiles tienden a ser dirigidos por vientos a menor altura, mientras que los vientos que ocurren más arriba normalmente influyen en la ruta de huracanes más fuertes".
Suena simple, pero para lograr esa precisión el monitoreo y el seguimiento son cruciales.
Por eso las noticias sobre la nueva dirección que ha tomado un huracán o una tormenta tropical se actualizan constantemente.