Elías Antonio Saca se convirtió este miércoles en el primer expresidente de El Salvador en tiempos de democracia en ser condenado por corrupción.
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El exmandatario fue sentenciado a 10 años de prisión por el desvío y lavado de más de US$300 millones de fondos estatales, según anunció el Tribunal Segundo de Sentencia de San Salvador.
En una decisión unánime, la corte sentenció a Saca a 5 años de cárcel por peculado y otros 5 años por lavado de dinero, y le ordenó pagar US$260 millones.
Durante el juicio, se concluyó que el expresidente se apropió de fondos públicos en beneficio propio y de terceros, entre ellos, el desvío de más de US$7 millones para su expartido Alianza Republicana Nacionalista (Arena), el pago a proveedores y salarios irregulares a funcionarios.
Otros de sus miembros de gobierno también fueron condenados por delitos de corrupción, con penas de entre 5 a 16 años de cárcel. Entre ellos, figuran el excolaborador de la Presidencia Pablo Gómez o los exsecretarios de Comunicaciones y de Juventud.
Saca confesó sus delitos bajo el polémico "juicio abreviado", por el que pactó con la Fiscalía General una reducción de la pena (que podría haber llegado a los 30 años de cárcel), al igual que otros miembros de su gabinete a excepción de Pablo Gómez.
Fue presidente de El Salvador entre 2004 y 2009, bajo la bandera del partido derechista Arena, y fue detenido en octubre de 2016.