A ocho kilómetros de la frontera de Dakota del Sur en el norte del estado de Nebraska, un largo camino de tierra atraviesa praderas onduladas y dorados campos de trigo hacia el centro de Monowi, un lugar que se puede ver en su totalidad escalando cualquiera de sus pacas de heno.
PUBLICIDAD
Una iglesia abandonada, cuyos bancos vacíos ahora están llenos de neumáticos de tractores, se encuentra frente a la estructura destruida de un elevador de granos. La hierba y la maleza se enreda alrededor de los restos de las casas derrumbadas.
Dentro de un edificio blanco con la pintura desgastada, Elsie Eiler, de 84 años, voltea frituras de cerdo y abre botellas de cerveza para un par de clientes habituales bajo un letrero que dice: "Bienvenido a la mundialmente famosa Taberna Monowi. ¡La cerveza más fría en el poblado!".
Cuando Rudy, el esposo de Elsie, murió en 2004, no solo la dejó al mando de la taberna, sino de todo el pueblo.