El gobierno de Australia investiga el misterio de las agujas de coser escondidas en fresas, que ya han causado un herido y han generado alarma en ese país.
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Se han detectado canastos de fresas con agujas en seis estados y territorios australianos. En uno de ellos, un hombre tuvo que ser atendido en el hospital tras haberse comido una de las frutas.
Varias marcas han sido retiradas del mercado y los grandes almacenes de Nueva Zelanda dejaron de vender fresas australianas como precaución.
El ministro de Salud de Australia, Greg Hunt, ordenó a la Autoridad de Seguridad Alimenticia de Australia y Nueva Zelanda investigar el asunto.
"Este es un crimen muy malicioso y es un ataque general al público", dijo.
Las autoridades locales también indagan estos incidentes, pero todavía no se han identificado sospechosos.
Temor a imitadores
Las primeras noticias de frutas alteradas se dieron la semana pasada en Queensland y luego se extendieron a Nueva Gales del Sur, Victoria, el Territorio de la Capital Australiana, Australia Meridional y Tasmania.
Tanto agricultores como policías sugirieron que algunos casos pueden ser obra de imitadores.