Hicieron falta siete décadas para que la presidencia de la Asamblea General de la ONU la ocupara una mujer de América Latina.
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Por primera vez en la historia del organismo, su máximo espacio de discusión está presidido por una mujer de latinoamericana: la ecuatoriana María Fernanda Espinosa.
La diplomática, científica y escritora, de 54 años, asumió el cargo este mes y durante un año se encargará de dirigir los debates desde una de las más altas tribunas de la ONU.
Y esta semana tiene sus días más importantes, pues están convocados líderes de todas las naciones en Nueva York para discutir la situación política y social del mundo.
A lo largo de la historia, de la Asamblea General han surgido acuerdos históricos, como la creación del Estado de Israel, o propuestas de solución a asuntos globales, como en la crisis económica de 2008.