Roman Abramovich sacudió el status quo del fútbol inglés cuando en el año 2003 compró al Chelsea, un club que asentado en una de las zonas más adineradas de Londres tan solo lucía un título de liga en su palmarés.
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Considerado uno de los hombres más ricos de su país, el oligarca ruso transformó al Chelsea en el club más exitoso de Inglaterraganando cinco Premier League y una Champions entre los 17 títulos que obtuvo en los últimos 15 años.
Pero ahora el multimillonario ruso está en el centro de una polémica que tiene lugar fuera de las canchas y lejos de las costas británicas.
Esta semana se supo que las autoridades en Suiza le negaron a Abramovich su solicitud de residencia al considerarlo una "amenaza" para el país.