La agenda semanal de Jack está completamente llena y seguirá así por todo el mes.
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El lunes, su despertador suena a las seis de la mañana.
A las 7:30 am, el niño de 12 años ya está resolviendo problemas de matemáticas.
Los martes, después de las clases de mandarín, tiene tiempo para una siesta cronometrada de 45 minutos.
Otro de sus momentos libres es el viernes, entre 16:50 y 17:15.
Incluso el sábado, Jack tiene tareas y clases de ciencias, matemáticas, mandarín e inglés, pero ese es el día menos ocupado de todos y en el que se puede relajar por cerca de dos horas.
El domingo, la jornada se reanuda y, como todos los días, se extiende hasta las nueva de la noche, cuando se va a dormir.
Dura preparación
La rutina de Jack y otros miles de alumnos como él es parte de la preparación para el examen final de la primaria en Singapur, ciudad-estado habitada por poco más de 5,8 millones de personas.