La industria de las pilas es clave para nuestro planeta: tiene la capacidad de salvarlo… o de destruirlo.
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Si logra lo primero, entonces las energías renovables -como la solar, la eólica o la geotérmica- se convertirán un día en nuestra principal fuente de suministro energético. Y para llegar a ese punto deberemos reducir sistemáticamente las emisiones de CO2, es decir, "descarbonizar" el mundo.
Una parte fundamental de esa "descarbonización" tiene que ver con el transporte. El "pero" está en que los autos eléctricos usan baterías de litio y eso plantea un problema porque el litio también es un recurso mineral que llegará a su fin.
¿Cómo almacenar entonces energía sin contaminar y sin que el coste sea exagerado?
Hay dos elementos que podrían tener la respuesta: el zinc y el oxígeno.
Los límites del litio
Las noticias sobre cómo la tecnología de las baterías está llegando a su límite no han dejado de aflorar en los últimos años.
"Desde que comencé a trabajar en el sector energético, hace unos siete años, he observado un gran cambio en la manera en que se proporciona la energía", le contó a la BBC Chris Morrison, quien trabaja como directivo en la multinacional eléctrica británica Centrica.
"Hay mucha más energía renovable. Y con ese aumento hemos visto un mayor desajuste entre el suministro y la demanda de energía", agregó.