¿Tomar un placebo, como por ejemplo una pastilla que solo contiene arroz molido, realmente ayuda a curar el dolor de espalda? Jim Pearce está convencido de que sí. Y hay una razón científica que puede explicar el porqué.
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Cuando nos conocimos, Pearce tenía 71 años y estaba confinado a una silla de ruedas. Tenía que usar morfina para poder hacer más soportable su dolor de espalda.
Pero después de participar en un estudio que hizo la BBC con la ayuda de expertos en salud, empezó a tomar "nuevos" analgésicos, bien parecidos a los que tradicionalmente se toman para su tipo de lesión. Pero éstos no eran más que placebos, pastillas que no contenían ningún tipo de medicina.
Él está seguro de que le funcionaron.
"Me desperté una mañana y me dije: ‘ya no siento esa punzada en la espalda y la siento más fuerte’".
Le pregunté si prefería seguir tomando morfina o pasarse definitivamente a las pastillas con rayas azules que le habíamos suministrado.
"Ya me he deshecho de la morfina y he seguido tomando las píldoras", confesó.
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Este septuagenario británico fue una de las 100 personas que participó en un experimento que la BBC realizó para el programa Horizon y en el que intentamos resolver si el cerebro puede realmente curar el cuerpo.
Para realizar nuestro estudio, elegimos tratar a personas con dolores de espalda crónicos, uno de los más difíciles de aliviar. Pero había un truco. Todos nuestros voluntarios iban a tomar pastillas placebo, aunque ellos no lo sabían.
El objetivo del experimento era averiguar si pensarían que su dolor había mejorado a pesar de las pastillas falsas.