Sin importar qué tan inteligente creas que seas, seguro que a veces te falla la memoria. Una serie de encuestas demostraron que la mayoría de estudiantes no usa de manera efectiva métodos de aprendizaje de eficacia comprobada y, en cambio, pierden el tiempo con otras técnicas inefectivas.
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Uno de los problemas es que a menudo recibimos mucha información contradictoria por parte de padres, profesores y científicos, así que no sabemos con seguridad lo que funciona y lo que no.
Por suerte, un nuevo informe publicado en una de las revistas de psicología de mayor prestigio examinó las principales confusiones y creó una lista de las estrategias de estudio más populares con sus posibles obstáculos y cómo aprovecharlas mejor.
Técnica 1: releer
¿Estás aprendiendo vocabulario nuevo? La estrategia más común es la de leer las palabras y sus significados hasta que se nos queden grabados. Para nuestra mala suerte, los psicólogos creen que es un método demasiado pasivo, lo que quiere decir que la mayoría de la información no consigue dejar marca.
El truco: leer a intervalos.
Releer pasivamente es probablemente la técnica de estudio menos eficaz, pero a veces resulta inevitable cuando sientes que careces del entendimiento básico de un concepto. Puedes aprovechar mejor esas sesiones, sin embargo, asegurándote de leer a intervalos regulares. Puedes leer un capítulo, continuar con otra cosa y releer ese mismo capítulo después de una hora, un día o una semana para ayudar a estimular la memoria.
Al volver al material después de un rato, también puedes beneficiarte de las preguntas que te surgieron durante esa pausa. Esto ayuda a concentrar más tu atención sobre los fragmentos que conoces y los que no y a incrementar el interés que le pones al tema.